Una semana en Colichet: jóvenes que descubren la fuerza de la acogida
“Es una casa llena de vida. Todos han sido súper amables, con muchas ganas de hablar, de compartir su historia”.
Rubén Villarrubia, de la parroquia de San José en Fuengirola, y Marina Martínez, de la parroquia de San Miguel de Miramar, han participado este verano en el Campo de Trabajo Lázaro. Ambos han vivido una experiencia transformadora en la casa de acogida Colichet, donde han compartido una semana de voluntariado.
Desde el primer momento, se sintieron acogidos por el equipo y por las personas que viven en la casa. “Nos han abierto las puertas de su hogar con una generosidad inmensa”, cuenta Marina. Rubén destaca la vitalidad que se respira en Colichet: “Es una casa llena de vida. Todos han sido súper amables, con muchas ganas de hablar, de compartir su historia”.
Ambos coinciden en que lo que más les ha marcado han sido las conversaciones, los consejos, las risas y el ambiente de alegría que se vive en el día a día. “Me voy con el corazón lleno de gratitud”, dice Marina.
“Recomiendo esta experiencia a cualquier joven que quiera hacer voluntariado. No se va a arrepentir”, añade Rubén.
Foto: Jóvenes participantes del Campo de Trabajo Lázaro junto a residentes y trabajadores del centro.