Caritas Internationalis da la bienvenida al Papa León XIV
Su identificación inmediata con las personas que sufren es una clara muestra de su voluntad de una Iglesia misionera para los pobres y la justicia social
Caritas Internationalis, que funciona a través de 164 Cáritas nacionales -entre ellas Cáritas Española-, se une con alegría a la Iglesia universal en la bienvenida al Papa León XIV. Ofrecemos nuestras más sinceras oraciones al comienzo de su sagrado ministerio y nos comprometemos a seguirle y apoyarle con espíritu de servicio y sinodalidad.
La elección del nombre León tiene un profundo significado, ya que nos acercamos al 134º aniversario de la encíclica Rerum Novarum de León XIII, el próximo 17 de mayo, un claro compromiso con el apostolado social y la Doctrina Social de la Iglesia.
“Cáritas no es solo una agencia de ayuda: es una manifestación del amor de Dios en acción”, afirmó el cardenal Tarcisio Isao Kikuchi, presidente de Caritas Internationalis. “Estamos preparados para caminar junto al Santo Padre como el brazo caritativo de la Iglesia, construyendo una comunidad que sirva y eleve a cada persona con dignidad”.
“Este es un momento emocionante para la Iglesia y el mundo”, declaró por su parte Alistair Dutton, secretario general de Caritas Internationalis. “La identificación inmediata del Papa León XIV con temas de paz, solidaridad, diálogo y caridad, y en particular su compromiso con las personas que sufren, es una clara muestra de su voluntad de una Iglesia misionera para los pobres y la justicia social. Esperamos continuar nuestra misión y trabajar con el Santo Padre para llevar esperanza donde más se necesita”.
El Papa León XIV, anteriormente el cardenal Robert Prevost, nació en Chicago, Illinois, y más recientemente fue prefecto del Dicasterio para los Obispos. Antes de eso, fue obispo de Chiclayo en Perú (en la imagen), donde vivió más de 20 años. Formó parte del consejo de administración de Cáritas Perú entre 2022 y 2024.
Sean Callahan, presidente y director general de CRS, una de las organizaciones miembros de la Confederación Caritas Internationalis en EE. UU., manifestó la alegría de la organización por la elección del cardenal Prevost como 267 sucesor de Pedro. “Nos llena de alegría la elección del Papa León XIV y esperamos con entusiasmo su liderazgo y guía. Como el primer Papa nacido en Estados Unidos, esta es una ocasión trascendental para los católicos estadounidenses, y como organización humanitaria de la Iglesia en EE. UU., CRS se enorgullece de conmemorar su histórica elección”.
Arraigada en el Evangelio y en la Doctrina Social de la Iglesia, Caritas Internationalis es una confederación de 162 organizaciones miembros que trabajan en más de 200 países y territorios para responder a crisis humanitarias, promover el desarrollo humano integral y alzar la voz contra la injusticia, para construir un mundo “donde cada persona, sin importar su raza, religión o nacionalidad, pueda vivir una vida plenamente humana” (Pablo VI, Populorum Progressio, 47).
Recién elegido Sucesor de San Pedro, el papa León XIV dirigía sus primeras palabras desde la Logia de las Bendiciones de la Basílica de San Pedro. Comenzaba su primer saludo deseando la paz a todos.
Discurso completo del papa León XIV frente a la plaza de San Pedro
La paz sea con todos ustedes.
Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios.
También yo quisiera que este saludo de paz llegue hasta sus corazones, que alcance a sus familias, a todas las personas, donde sea que se encuentren, a todos los pueblos, a toda la tierra.
La paz esté con ustedes.
Esta es la paz de Cristo resucitado, una paz desarmada, desarmante y también perseverante, que proviene de Dios, que nos ama a todos incondicionalmente. Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del papa Francisco que bendecía a Roma.
El Papa que bendecía a Roma también la daba al mundo entero esa mañana del día de Pascua. Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: que Dios los quiere mucho, Dios ama a todos y el mal no prevalecerá. Estamos todos en las manos de Dios.
Por lo tanto, sin miedo, unidos, mano a mano con Dios y entre nosotros, andemos adelante. Seamos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz; la humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por el amor de Dios. Ayudémonos los unos a los otros a construir puentes con el diálogo, el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo, siempre en paz.
Gracias al papa Francisco.
Quisiera agradecer a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes como Iglesia unida, buscando siempre la paz y la justicia, trabajando como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio y ser misioneros.
Soy un hijo de san Agustín, agustino, que ha dicho: «Con ustedes soy cristiano y para ustedes, obispo». En este sentido, podemos todos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado.
A la Iglesia de Roma, un saludo especial.
Tenemos que buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes de diálogo, siempre dispuesta y abierta a recibir, como esta plaza, con los brazos abiertos a todos, a todos los que tienen necesidad de nuestra caridad, de nuestra presencia, de diálogo y de amor.
Y si me permiten, también una palabra, un saludo, de modo particular para todos aquellos de mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo.
A todos ustedes, hermanos y hermanas, de Roma, de Italia y de todo el mundo. Queremos una Iglesia sinodal, que camine, que busque siempre la paz, que busque siempre la caridad, estar cerca de quienes sufren.
Hoy, en el día de la Virgen de Pompeya, nuestra Madre María quiere caminar siempre con nosotros, estar cerca de nosotros, ayudarnos con su intercesión y su amor.
Ahora quisiera rezar junto a ustedes por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz del mundo. Pidamos esta gracia especial a María, nuestra Madre.