El Hogar San Carlos y la UMA se unen para transformar vidas a través del aprendizaje-servicio
El Hogar San Carlos, puesto en marcha hace cuatro años en colaboración con las Religiosas Filipenses, pretende ofrecer mucho más que un recurso de acogida. Es un espacio de reconstrucción, de esperanza y de nuevas oportunidades para mujeres en situación de exclusión, madres que se enfrentan solas al cuidado de sus hijos.
En este marco, durante el presente curso se ha desarrollado un proyecto conjunto con la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga, que ha querido unir el compromiso social con la formación académica.
Desde la asignatura Educación y Cambio Social, del Grado en Educación Infantil, se ha apostado por el aprendizaje-servicio como metodología para formar a futuros docentes comprometidos con la realidad social. Cuatro grupos de estudiantes han trabajado codo a codo con el Hogar San Carlos, escuchando sus necesidades y diseñando propuestas concretas.
El resultado ha sido la creación de ambientes de aprendizaje dentro del hogar: una ludoteca, una sala de estudio y la decoración personalizada de habitaciones, pensadas para ofrecer a los niños espacios seguros, estimulantes y llenos de color. Estos entornos no solo favorecen el juego y el aprendizaje, sino que también refuerzan el vínculo afectivo entre madres e hijos.
Como explica la técnica que acompaña el proyecto, Isabel Téllez: “Para las mujeres acogidas, este proyecto ha supuesto sentirse vistas, escuchadas y acompañadas. Para el alumnado, ha sido una experiencia de aprendizaje real, donde la teoría se ha encontrado con la vida. Y para Cáritas, ha sido una muestra más de que la colaboración entre instituciones puede generar un impacto social real y duradero”.
La experiencia ha sido tan enriquecedora que ambas partes han manifestado su deseo de dar continuidad a esta alianza en los próximos cursos.
Desde una mirada integral
Todo el trabajo que se realiza en el centro busca impulsar, desde una mirada integral, el desarrollo personal, emocional y familiar de las mujeres acogidas. Con el modelo de acción social de Cáritas como referente, este año se han puesto en marcha diversas iniciativas que abarcan desde la atención psicológica hasta actividades lúdicas y educativas para madres e hijos.
Entre ellas destacan las sesiones sobre salud y otros temas de interés, denominadas “Un té con Dulce”, en honor a la voluntaria que las imparte, una pediatra con amplia experiencia. Además, las mujeres participan en charlas sobre relaciones afectivas saludables y reciben atención psicológica especializada a través del Centro de Orientación Familiar (COF).
También se promueven actividades de convivencia, como la visita al Jardín Botánico o la participación en el Encuentro Diocesano de Juventud, donde una de las mujeres pudo cumplir su deseo de ganar el Jubileo, en un momento especialmente emotivo para todas.