El obispo D. José Antonio Satué visita al Hogar Pozo Dulce al inicio de su ministerio
Ha compartido momentos de cercanía con los residentes, escuchando sus historias y dedicándoles palabras de aliento
En el marco de su primera semana como pastor de la diócesis de Málaga, Monseñor José Antonio Satué ha querido comenzar su ministerio con un gesto profundamente simbólico: una visita al Hogar Pozo Dulce, centro de Cáritas Diocesana dedicado a la atención de personas en situación de sin hogar.
El obispo se ha acercado a este recurso, donde actualmente conviven más de cuarenta personas, acompañado por: el vicario general, Antonio Coronado; el delegado episcopal de Cáritas Diocesana, Antonio Collado; el director, José Miguel Santos; el secretario general, Ernesto Juárez; el administrador, Antonio Cáceres; y la directora del centro, Belén García.
Durante su estancia, Monseñor Satué ha compartido momentos de cercanía con los residentes, escuchando sus historias y dedicándoles palabras de aliento. En su intervención, ha recordado las palabras del Papa Francisco sobre la fraternidad:
“Nosotros creemos, como tantas veces decía el Papa Francisco, en una fraternidad donde todos tenemos necesidad y donde todos podemos aportar. Y en ese sentido me parece que experiencias como esta lo demuestran. Qué bonito es ser generosos para dar y también ser humildes para recibir, porque todos lo necesitamos. Nadie es tan pobre como para no poder aportar algo. Y nadie es tan rico como para no necesitar de lo demás. Qué bonito que aquí lo podáis ir viviendo. Seguramente con fallos, porque todas las obras humanas tienen sus fallos, pero con ese buen deseo de que aquí os encontréis a gusto y lo podáis valorar.”
Antes de despedirse, el obispo ha recorrido las instalaciones del Hogar Pozo Dulce guiado por su directora, y ha querido dirigir unas palabras a los trabajadores y voluntarios de Cáritas, reconociendo su labor como signo visible de esperanza:
“Me parece muy importante, sobre todo en este año jubilar dedicado a la esperanza que los voluntarios y trabajadores de Cáritas sean signos vivos de la presencia de Dios y por tanto portadores de la esperanza que nosotros queremos transmitir. La labor que desempeñáis no solamente es un regalo para las personas que acuden o que atendéis en los diferentes proyectos, sino que también es una luz de esperanza para mí. Y en ese sentido, como considero tan importante vuestra aportación, os pediría que os cuidéis mucho, porque los cuidadores necesitan cuidado, y atendáis vuestra formación y vuestra espiritualidad para que vuestra entrega brote de un corazón purificado, un corazón nuevo.”
Con esta visita, D. José Antonio Satué ha querido manifestar su compromiso con las personas más vulnerables y con la misión de Cáritas, iniciando su ministerio pastoral desde la cercanía, la escucha y la esperanza compartida.