Los Círculos de Silencio abordan este mes el pacto migratorio
Este mes de abril, la Delegación Diocesana de Migraciones convoca a un nuevo Círculo de Silencio, que se desarrolla en distintos puntos de la geografía de la diócesis y que, en esta ocasión, se centra en el Pacto Europeo de Migración y Asilo, ante el que ya se pronunciaron los obispos españoles. El 20 de abril, además, se convoca a una Jornada de Formación de Migraciones.
Las citas en la Diócesis de Málaga son:
En Alhaurín de la Torre, el lunes 8 de abril, a las 20.00 h.
En Arriate, el miércoles 10, a las 19.30 h.
En Churriana, el miércoles 10, a las 20.45 h.
En Málaga capital, el miércoles 10, a las 20.00 h. (plaza de la Constitución)
En El Burgo, el miércoles 17, a las 19.00 h.
Pacto Europeo
Desde la Delegación Diocesana de Migraciones, se afirma que el centro, este mes, será la reflexión sobre el Pacto Europeo de Migración y Asilo, acuerdo alcanzado en diciembre del año pasado entre las distintas instituciones de la Unión Europea. La Subcomisión Episcopal de Migraciones y Movilidad humana, orientada siempre por la Enseñanza Social de la Iglesia, expresó ya en aquel momento «su decepción ante una oportunidad perdida para mejorar políticas y leyes vigentes respecto a la acogida y protección de migrantes y refugiados en Europa. No encontramos en el texto un Pacto con una visión integral centrada en la persona y el bien común, sino un pacto para el control y la externalización de las fronteras. Para lo cual, resultan preocupantes los medios y prácticas que este Pacto quiere legitimar, tales como: permitir la detención de niños a partir de los 6 años, acelerar los procedimientos de asilo en detrimento del análisis profundo de cada solicitud, permitir una solidaridad a la carta entre países, reforzar los sistemas de identificación con datos biométricos, la confusión en el uso de conceptos jurídicos indeterminados como “crisis” o “instrumentalización” que pueden suponer una utilización interesada de los mismos, destinar dinero a gobiernos de terceros países sin garantías de que en ellos se respeten los derechos humanos».
